EL PROBLEMA DE LA CAPITAL
"El
anticentralismo de los regionalistas se ha traducido muchas veces en
ANTILIMEÑISMO.
Me parece útil completar mi tentativa de esclarecimiento del viejo tópico "Regionalismo y Centralismo", planteando el problema de la capital. ¿Hasta qué punto el privilegio de Lima aparece ratificado por la historia y la geografía nacionales? (...) La hegemonía limeña reposa a mi juicio en un terreno menos sólido del que (...) ,se supone. Corresponde a una época, a un periodo de desarrollo histórico nacional. Se apoya en razones susceptibles de envejecimiento y caducidad.
Me parece útil completar mi tentativa de esclarecimiento del viejo tópico "Regionalismo y Centralismo", planteando el problema de la capital. ¿Hasta qué punto el privilegio de Lima aparece ratificado por la historia y la geografía nacionales? (...) La hegemonía limeña reposa a mi juicio en un terreno menos sólido del que (...) ,se supone. Corresponde a una época, a un periodo de desarrollo histórico nacional. Se apoya en razones susceptibles de envejecimiento y caducidad.
El espectáculo del desarrollo de Lima en los últimos años,
hace pensar en limeños optimistas sobre el futuro de
la capital. Los barrios nuevos, las avenidas de asfalto, recorridas en automóvil a 70 u 80 kilómetros
persuaden fácilmente al limeño, de que Lima sigue a prisa el camino de Buenos
Aires o Río de Janeiro. Esta previsión parte de la impresión física del crecimiento del área urbana. Se mira sólo la multiplicación de los
nuevos sectores urbanos (...) quedando pronto unida con Miraflores y la Magdalena , quedando
trazada (...) una urbe de al menos un millón
de habitantes. Pero en sí mismo, el movimiento de urbanización no indica
nada. La falta de censo reciente nos permite conocer con exactitud del crecimiento demográfico de
Lima. El censo de 1920 fijaba en 228 740 la población de
Lima. Se ignora la proporción de aumento en los últimos
años; mas los datos disponibles del crecimiento por natalidad como por
inmigración indican que
el crecimiento de la superficie de Lima supera exorbitantemente al crecimiento de la población. (...) El
proceso de urbanización avanza por su propia cuenta.
El optimismo limeño respecto al porvenir próximo de la capital se alimenta
de la confianza de que
ésta continuará usufructuando largamente
las ventajas de un régimen centralista
que le asegura sus privilegios de sede del
poder, del placer, de la moda, etc.
Pero el desarrollo de una
urbe no es cuestión
de privilegios políticos y administrativos. Es
más bien, una
cuestión de privilegios económicos.(...) y lo que hay que investigar es si el desenvolvimiento
orgánico de la economía peruana, garantiza a Lima que su futuro será el que se
predice.
Examinemos rápidamente las leyes de la biología urbana y
veamos cuánto favorecen a Lima. Los Factores esenciales de la urbe son tres: el
factor natural, el factor económico y el factor político. De los tres, sólo
este último, conserva íntegro su potencia
en Lima. (...) Lima no es, geográficamente, el centro de la economía peruana. No es, sobre todo, la
desembocadura de sus corrientes comerciales. (...) Al contrario de Buenos
Aires, Lima sólo es una de las desembocaduras de los productos peruanos. Por
diferentes puertos de la larga costa peruana, tiene que salir los productos del
norte y del sur. (...) El Callao se mantiene y se mantendrá por mucho tiempo en
el primer puesto de la estadística aduanera. Pero el aumento de la explotación del territorio y sus recursos no se reflejará, sin duda, en provecho principal del Callao. Determinará el crecimiento de varios otros puertos del litoral, como es el caso de Talara, que gracias a la actividad petrolera, exporta e importa sin tener como intermediario a la capital.
Al echar una
ojeada al mapa de cualquiera de las naciones cuya capital es una gran urbe de
importancia internacional, se
observará que la capital es siempre el
punto de encuentro y de conexión de todas las grandes vías como carreteras y ferrocarriles
(...) una gran central ferroviaria. En el mapa ferroviario está marcada con
claridad su FUNCIÓN DE EJE Y DE CENTRO. Todos los centros de producción tienden
a espontánea y lógicamente a comunicarse con la capital, máxima estación y
máximo mercado. Y el factor económico coincide con el factor geográfico.
La capital no
es un producto del azar. Se ha formado en virtud de una serie de factores que
han favorecido su hegemonía. (...) La formación de toda gran capital moderna ha tenido un proceso complejo y natural con
hondas raíces en la tradición. La génesis de Lima, en cambio, ha sido un poco
arbitraria. Fundada por un conquistador, por un extranjero, Lima no gana su
título de capital en oposición con otras ciudades. Criatura de un siglo
aristocrático, nace con un título nobiliario. Se llama desde su bautizo, CIUDAD
DE LOS REYES. Es la hija de la
Conquista. No la crea el aborigen, la crea el colonizador, o
mejor el conquistador. Luego el Virreinato la consagra como la sede del poder español en América del Sur. Y,
finalmente, la revolución de la Independencia (movimiento criollo y español, no
indígena), la proclama Capital de la Repú blica , y desde entonces, todo ha girado en
torno a ella.
(...) Lima
debe hasta hoy al Ferrocarril Central una de las mayores fuentes de su poder
económico. Los minerales del departamento de Junín pasan por Lima rumbo al
Callao, y constituyen nuestra principal fuente de exportaciones, después del
petróleo de Talara (...) El movimiento económico de la capital, se alimenta en
gran parte, de esta vía de penetración. Todo el sistema ferroviario del Estado,
tiende a convertirla en un gran tronco de nuestro sistema de circulación.
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La industria
es uno de los factores primarios de la formación de las urbes modernas.
Londres, París, Nueva York, Berlín, deben su hipertrofia en primer lugar,
a su industria. El industrialismo constituye un fenómeno específico de la
civilización occidental. Una gran urbe
es fundamentalmente un mercado y una usina. La industria ha creado primero, la
fuerza de la BURGUESÍA ,
y, luego, la fuerza del PROLETARIADO. Y, como perciben los economistas, la industria de nuestro
tiempo no sigue al consumo. No le basta con satisfacer la necesidad; le precisa,
a veces, crearla, descubrirla. (...) Ni la burguesía, ni el proletariado pueden
concebir una civilización que no repose
en la industria. Hay voces que pronostican la decadencia de la urbe. No hay
ninguna que pronostique la decadencia de la industria.
Sobre el poder
del industrialismo nadie discrepa. Si Lima reuniese las condiciones necesarias
para ser un gran centro industrial, no
sería posible dudar de su aptitud para convertirse en una gran urbe. Pero
ocurre precisamente que las posibilidades de la industria en Lima son
limitadas. No sólo porque en general, son limitadas en el Perú -que por mucho tiempo todavía
tiene que contentarse con el rol de productor de materias primas- sino, de otro
lado, porque la formación de los grandes núcleos industriales tiene sus LEYES.
Y estas "leyes" son, en la mitad de los casos, las mismas de la
formación de las grandes urbes. La
industria crece en las capitales, entre otras cosas, porque éstas, son el
centro del sistema de circulación de un país. La capital es la usina
porque es, además, el mercado. Una red
centralista de caminos y de ferrocarriles es tan indispensable en la
concentración industrial, como en la concentración comercial.
La otra causa
de gravitación industrial de una ciudad es su proximidad con el lugar de
producción de las materias primas, especialmente en la industria siderúrgica,
donde las grandes usinas surgen en las proximidades de las minas que las abastecen
de minerales. La ubicación de los yacimientos de hierro y de carbón determina
este aspecto de la geografía económica de Occidente. Y, en estos tiempos de
electrificación del mundo, una tercera
causa de gravitación industrial de una localidad es la vecindad de grandes
fuentes de energía hidráulica (...) No es necesario casi ningún esfuerzo de indagación para darse cuenta que
ninguno de estos factores favorece a Lima. El territorio que la rodea es pobre
como suelo industrial.
(...) A causa
de las deficiencias de su posición geográfica, de su capital humano y de su
educación técnica, al Perú le está vedado soñar en convertirse, en breve plazo,
en un país manufacturero. Su función en la economía mundial tiene que ser, por
largos años, la de un país primario exportador (...) de economía colonial,
endeudada a los intereses comerciales y financieros de las grandes naciones industriales de
Occidente. (...) Las finanzas, la banca, constituyen otro de los factores de
una gran urbe moderna (...) un gran mercado financiero tiene que ser ante todo,
un lugar en que se crucen muchas vías de tráfico internacional.
La capital
política y la capital económica no coinciden siempre, como ocurre en Italia o
Estados Unidos por citar unos casos. (...) La suerte de la capital está
subordinada a los grandes cambios políticos, como enseña la Historia (...) En Perú,
Cuzco, capital del Imperio Incaico, perdió sus fueros con la conquista española
( 1 ), Lima fue la capital de la Colonia. Fue también la capital de
la Independencia ,
aunque los primeros gritos de libertad
partieron de Tacna, Cuzco y Trujillo. Es la capital hoy, pero, ¿será
también la capital mañana? (...) La respuesta depende, probablemente de que la
primacía de la transformación social y política del Perú, toque a las masas
rurales indígenas, o al proletariado industrial costeño. El futuro de Lima, en
todo caso, es inseparable de la misión de Lima vale decir, de la voluntad de
Lima."
( 1 ) A diferencia de México, donde la nueva capital
fue erigida en el mismo lugar de la
antigua, en lo alto de las montañas, como sus otras grandes ciudades, y donde
el conquistador se fundió con el indio, dando origen a una cultura homogénea,
en el Perú, no ocurrió así. El Perú serrano e indígena, el verdadero Perú,
quedó tras los Andes Occidentales. Las
viejas ciudades nacionales como Cuzco y Cajamarca, fueron relegadas. Se
fundaron ciudades nuevas y españolas en la costa, donde nunca llueve, donde no
hay cambios de temperatura donde pudo desarrollarse ese ambiente andaluz, sensual, de nuestra capital alegre
y sumisa.
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Adaptado de José Carlos Mariategui, "7 Ensayos de Interpretación dela Realidad Peruana ",
Capítulo VI "Regionalísmo y Centralísmo", Lima, 1928
Adaptado de José Carlos Mariategui, "7 Ensayos de Interpretación de