domingo, 10 de marzo de 2013

TODOS CONTRA SUSANA VILLARÁN



Es el nombre más mentado. Que es una realidad, algo así como una práctica antropófaga. O una costumbre criolla, que también. O un tic. “Tumbémonos a la Caperucita Roja” ¿Por qué? Porque sí. Porque es roja. Porque en seis meses no ha hecho nada. Porque no tiene autoridad. Porque es incompetente. Y encima, también es verde. Algo ya inconcebible, digamos. ¿Y cómo hacemos?  Revoquémosla ¿Y cómo se hace eso?  Recolectando firmas ¿Cuántas? Cuatrocientas mil. ¿Y después qué? Se le vaca. ¿Y luego? Asume Eduardo Zegarra. ¿Pero no era que Zegarra era más rojo que Villarán?  Sí, pero después igualito lo revocamos. ¿Y eso qué supone? Recolectar más firmas, invertir más tiempo y más plata. Y así.
Lo curioso es que  todo lo alientan apristas simpatizantes de Solidaridad Nacional, y hasta el propio Luis Castañeda “El pueblo la puso y el pueblo  la puede sacar” ha dicho Mister Comunicore.
La lógica perversa en esta maquiavélica historia apunta aparentemente a revocar de sopetón a toda la lista de fuerza social. Con ello, de lograrse este cometido, quedaría como alcalde interino el señor Guillén, del grupo político de Lourdes Flores. Y luego se convocaría a elecciones complementarias dentro de los noventa días siguientes a la revocatoria.  De esta manera Castañeda podría ser candidato y de ser elegido, retornaría a la municipalidad para fruición  de Fabiola Morales y su combo, quienes deben estar frotándose las manos como moscas angurrientas después de haber concebido este plan. Bueno, que los enemigos de la alcaldesa reclamen la revocatoria no es algo que extrañe a decir verdad. Pero que el mismísimo Castañeda lo haga, me parece  además de un gesto muy conchudo y desvergonzado, de muy mal gusto. Digo yo.
Porque si recordamos lo que hizo el anterior burgomaestre en sus primeros seis meses de gestión fue NADA. Para decirlo en forma de resumen ejecutivo y así con mayúsculas y luces de neón NADA, aunque para ser honestos, algo hizo y dejó de hacer, como ha recordado Diego Grados en Diario 16.
A saber: Desechó el Informe Bratton. Y a partir de ese instante histórico, Castañeda Lossio nunca más se preocupó por el tema de la Seguridad Ciudadana. NUNCA MÄS. Acusó a Alberto Andrade de dejarle millonarias deudas, sin exhibir una sola prueba. NI UNA. Suspendió la Bienal de Lima. Permitió que los ambulantes –formando hordas- regresaran al Mercado Central y al Barrio Chino. Cambió de lugar la estatua de Pizarro al Parque de la Muralla sin consultarle a nadie y con los argumentos más delirantes y lisérgicos que se hayan escuchado por parte de un alcalde de la ciudad de Lima. Se dedicó a perseguir meones como si se tratase de la Novena Cruzada. Y punto.
En cambio en el mismo tiempo Villarán ha instalado el comité Metropolitano de Seguridad ciudadana, ha creado puestos de auxilio rápido en el Cercado; ha renegociado el contrato con la empresa a cargo de la Línea Amarilla, para que el 7% del Peaje lo reciba el municipio (la gestión anterior cedió todo el peaje); ha dado a conocer la autoría del caso Comunicore (que destapó este diario); ha iniciado el programa Adopta un árbol para fomentar las áreas verdes: ha aprobado un presupuesto de 200 millones para el proyecto de la Coasta Verde; ha inaugurado dos Hospitales de la solidaridad (los que según la contracampaña electoral, iban a desaparecer); ha iniciado  la ampliación y remodelación de obras de infraestructura vial en diferentes sitios de la capital; ha recuperado la ciclovía de la Av. Arequipa; entre otras cosas que no son moco de pavo.
Ahora, es cierto, el tráfico sigue siendo insoportable, la delincuencia continúa y los problemas de Lima en su conjunto son agobiantes todavía. Sí, pues, apenas tiene seis meses en el cargo. Pero ya hizo más de lo que Castañeda exhibió en su momento. S8i no somos capaces de ver esto, por lo menos apreciemos que esta alcaldesa está tratando de establecer un estilo decente y transparente de hacerlas cosas. Dos virtudes que no suelen verse juntas. Mejor dicho, que no suelen verse en nuestros políticos. Y eso ya es un huevo.